lunes, 19 de noviembre de 2012

¡Perdimos!

Por Fermín López



“Buenas doña Margarita, ¿Ya salieron las empanadas?” inquiero a la dueña de una fondita que hay acá arriba al lado de la carretera, frente a la escuela y bajo un gran árbol que con esta chispa tan verraca, ofrece una celestial sombra en la veredita las Brisas, unos kilómetros más arriba de la vereda donde yo vivo. -“Si don Germín, ya salieron las empanaditas” me contesta. –“¿Y cómo a qué hora volverán?” Le respondo burlonamente a doña Margareth. Me quito el sombrero y saludo a un combo de jornaleros reunidos en la fondita quienes sueltan la carcajada con este apunte viejo que le copié a mi amigo Adolfo…-”Mentiras home, yo es por charlar doña Margarita, haceme un favor, regalame un par de empanadas y una limonadita bien fría, yo embolato la gurbia mientras llego a la casa a preparar algo, que acabo de bajar del pueblo a pie porque me dejó el carro”



“Claro, bien pueda acomódelo ahí en esa banquita y mira las noticias mientras le sirvo” Me contesta doña Margarita amablemente y sonriendo aun por la chanza que le hice.



-“Vea a esas dos viejas chismosas de Caracol y RCN otra vez despotricando, desinformando, sembrando cizaña y comerciando con el dolor ajeno” lanzo un vozarrón que se extiende por todo el corredor, donde algunos campesinos ven televisión, y acostumbrados a mis gimoteas sonríen y se preparan pa echar caja un rato con mis alegatos”. –“¿Cómo los ve pues don Ferma? ¡Ahí andan todos achicopalados en el noticiero dizque porque perdimos un poco de agua y unos cayos! Vusté que es ilustrao explíquenos que fue lo que se perdió que yo por lo menos (como muchos de los compañeros acá) no conocemos más que los callos de los pies y los de las manos de tanto voliar machete y azadón. ¡Además ese charco grande que llaman mar, nunca lo hemos visto!…



“!Ah home Alejandro!…”, le respondo más o menos intuyendo como fue la cosa, pues leí algo de noticias en internet en mi teléfono móvil ahora que venía del pueblo…-“Cómo les parece pués…”, les digo mientras acomodo el banquito hecho de un tronco de árbol, en la mitad del corredor y los campesinos  se voltean a verme y le bajan volumen al canal televisivo, unos interesados y otros esperando sacarme la chispa pa tirar caja con mis rabietas….



- “No sólo perdimos la medalla de bronce en el fútbol sala, donde sólo se hizo propaganda con bombos y platillos cuando clasificamos a la semifinal después de ganarle 3-0 a un equipo sin arquero (antes no, los pobres jugadores fueron ignorados y nadie sabía de ese torneo, salvo los familiares del equipo que madrugaban a ver el cotejo) hasta que Caracol y RCN (Ah como me dañan el genio este par de canales hijueputas) empezaron a jugar otra vez con la ilusión de un pueblo, no contentos con un merecido y honroso cuarto puesto sino que pedían descaradamente la medalla de Oro o la de Plata ignorando poderosos equipos como Brasil (Campeón) España e Italia…



¡Se perdió Interbolsa! Que pa´ que les hablo de esa vaina que eso es más largo que una semana sin carne y más complicado que la cagada de un tullido, pero que les puedo resumir con la palabreja que ya es sinónimo de Locombia: Corrupción…Y perdimos, como muy bien dice usted don Alejandro, un poco de agua por allá en unas islitas que tienen los hacendados de esta finca llamada Locombia, porque esas islas no son de nosotros, esas islas son un pedazo de tierra que tienen por allá los ricachones dueños de este país pa pasar vacaciones y cada que quieren salir a meditar sus fechorías del poder; porque déjenme decirles mucharejos que nosotros como pobres y como ciudadanos de a pie de esta llamada “nación” ¡No tenemos es nada! El petróleo y las otras llamadas riquezas son de multinacionales extranjeras que además de robarnos, nos venden al doble y al triple y más, lo que antes era de nosotros. Vean ustedes por ejemplo el caso de la gasolina. Como quien dice, 500 años después nos siguen cambiando oro por espejitos…



El Locombiano de a pie sólo tiene deudas,  impuestos, malos salarios, malos trabajos, mala educación, mala salud  y segura, la muerte. ¡Estamos es vacíos! Nosotros, como nuestros hermanos Sanandresanos sólo somos los hacendados de esa manada de triplehijueputas que nos tienen trabajando de sol a sombra pa mantenerles el reinado...” -“¡Hijiiiiiiii!” Se carcajea con un chillido Manolo, un joven campesino que es feliz viéndome echar madres y viéndome como me pongo colorao cuando se me sube la bilirrubina.



-“Y entonces ¿Qué vamos a hacer don Ferma?” Inquiere un parcero del campesino burlón dando coba pa que yo siga alegando y echando madres…-“Entonces… entonces invitame a otra limonadita home que con esta seca que tenía ya me bogué la que me trajo doña Margarita y no tengo con que pasar esta otra empanada…” El joven se levanta riendo, le hace señas a doña Margarita y me entrega otra limonadita y se vuelve a sentar y yo paso con un trago un pedazo de empanada que tenía aprisionado entre mis caninos e incisivos y continúo con mi cantaleta:



“Mucharejos..¡Perdimos!, así como perdimos el canal de Panamá cuando nuestros abuelitos tenían a nuestros papás todavía en la güevitas. Eso fue por allá el 22 de enero de 1903, un jueves por la mañana si la memoria no me falla, cuando Locombia y Estados Unidos firmaron el tratado Herrán-Hay representando a nuestro país uno de nuestros ilustres y siempre incompetentes congresistas: Tomasito Herrán, que mi diosito lo tenga en los infiernos ardiendo a fuego lento por falseto, así como hervirán algún día toda esa manada de ladrones de cuello blanco que tienen a mi pobre Locombia desangrada y de las güevas...” “¡Essssooooooo!” exclama y ríe otro campesino, mientras otros sueltan algunas risotadas viéndome como me paro y manoteo con la mano derecha alegando y echando maldiciones con mi cara roja y hablando como pastor evangélico poseído por el espíritu santo…



“¡Hoy perdimoooooos!, como perdimos Panáma por allá un 3 noviembre del mismo 1903 por la tardecita, con un sol inclemente como el de hoy cuando Panamá (que se llamaba Departamento del Itsmo) al ver este desorden de nosotros los locombianos, armó rancho aparte y nos dejó fraccionados, gracias a la incompetente dirigencia de este pueblo que aun hoy, maneja este país como si fuera una finca, como señores feudales en pleno siglo XXI!”



-“Cálmese don Jermín…”, me dice doña Margareth dándome palmaditas en la espalda como sacándole gases a un niño recién nacido y me pasa un par de servilletas pa secarme el sudor. Tomo aire y me siento en la banquita, me zampo otra empanada mientras otro campesino dice al fondo: -“¡Pásale otra limonadita de mango ahí al viejo Fermín que yo invito!”



Miro a la gente de esta vereda, y a un grupo de estudiantes que se acerca después de salir de la escuela para ir a almorzar a sus casas. Algunos se quedan entre interesados, la recocha y las risas, en lo que se ha vuelto una costumbre cada vez que coincido con algunas comunidades de las veredas en rededor, en mis ratos libres, noches frescas y tardes soleados como hoy, a departir y practicar el deporte nacional por el cual aún cobran impuesto: hablar mierda.



“¿Qué más puedo decirles mucharejos? Perdimos hoy no sé cuantos baldaos de agua de un territorio que muchos ni sabíamos que existía y que el gobierno nacional a lo largo de su historia nunca se ha preocupado ni administrativa, ni cultural, ni ambientalmente.”  Entonces corro la banca un poco hacia atrás y saco el machete y rayo un mapa de Colombia en el piso de tierra que se parece más a un oso hormiguero (porque yo pa dibujar soy como negao, sólo me quedaban bien hechos los dibujos en la escuela cuando los calcaba en papel calco, o me los hacía mi hermana Luz que es una dura pa´los mamarrachos).



“Perdimos…” Continúo mientras señalo y la gente mira de reojo el mapa trazado y el recorrido de mi machete -“…así como perdimos con Venezuela zonas aledañas entre la Guajira y Maracaibo, el mar Caribe, el Orinoco y el Amazonas,  por allá en varios tratados incluido el tratado final de fronteras de 1941. Por estos laos también se ha perdido tierrita mucharejos..." Y sigo trazando en la tierra "...por el Ecuador donde en 1916 hubo un tratado fronterizo…” Digo y les explico luego que Brasil y Perú sacaron su buena tajada mientras menciono el tratado Mosquera-Piedemonte de 1830 y otro de por allá de 1953. Finalmente agrego un par de trazos al mamarracho en el piso pa explicarles cómo era la Nueva Granada y como nos fuimos desintegrando “¡Ahí sí que perdimos territorio!” Añado.



-“Bueno mucharejos, no les doy más lata ni mas cháchara ya veo que es hora de regresar a las labores del campo y a mí también me espera una tarde de deshierbe de unas maticas de maíz que me sembré estos días. Y ustedes mucharejitos…” Señalo a un grupo de estudiantes,  “…se van pa sus casa a hacer tareas pa que salgan bien en el estudio. El estudio no da plata, pero eso sí, les da opciones y si ustedes aprenden como son las cosas, podrán idearse formas de salirse un poco de un sistema trazado e ideado para el beneficio de unos pocos.



“¡Así mucharejos que a cuidar sus tierritas, antes de que algún avivato se las arrebate!” Vocifero, y Ancízar, un joven jornalero que viene de la vereda Las Lomas, recostado junto a la vitrina de las empanadas dice tirando desde su jeta arroz por los aires: “¡Don Jermín yo la única tierra que tengo es la que tengo en la orejas!” Y todos soltamos la risotada.



“Vean mis pandechócolos!, Paren pues gónadas: Tierrita que según estos datos que me aterrizan acá en el celular ha perdido Locombia: Aproximadamente 2´583.000 km2 hasta 1830, y de ahí al año 1950: 1´440.000 km2 y del año 50 pa acá: 1´151.000 km2. ¡Sumen!  ¡Jueputa si nos estamos es desapareciendo! Pero más triste que perdamos mar, tierra, cielo, plata, recursos naturales; es lo que pierde este país todos los días: Vidas, justicia, dignidad, igualdad, tradiciones, identidad, sueños y esperanzas…” Digo mientras la tertulia se desintegra y  cada uno paga su cuenta a doña Margarita.



“¡Sigaaaaaamos montando a esas bestias ignorantes de mandatarios allá en el poder que lo único que hacen bien es rascarse las güevas y gastarse la platica del pueblo en carros lujosos y negocios personales!” Exclama don Tiberio, un anciano sentado en una banca, y escupe parte de su tabaco en un rastrojo. Veo al fondo a algunos jornaleros que guardan sus portas de almuerzo para continuar con la jornada de trabajo mientras uno exclama sonriendo: “¡Este Fermín habla más que un perdido cuando lo encuentran!”



“¡Pero vean!...” Grito ahora desde el otro lado del alambrado junto a la carretera destapada donde he empezado a coger el camino pa mi vereda y seguir pa´l rancho. “…!Les voy a decir tanto como esto:!…” Y todos voltean a mirar atentos desde la fondita de doña Margarita a lo lejos. Los miro, se me va la paloma y pierdo el impulso, entonces sólo levanto las cejas, me pongo el sombrero,  encojo los hombros y digo: “¡Perdimos!” 




lunes, 28 de mayo de 2012

Alarcón, el Patrón del bien


Por Fermín López

¡Bueeeeenas! …Por acá otra vez dando lora mucharejos, después de que quería alejarme de la escritura. No quería volver a escribir, soy muy mediocre pa esto, poco disciplinado, todavía estoy muy bisoño, estoy buñuelo, soy muy malo, un campeche pa la literatura…Finalmente eso es lo que soy, un campesino que sólo quiere entregarse de lleno a las labores del campo y olvidarse de las letras y estos berriondos garabatos que a veces me hacen sentir más perdido que Adán el día de la madre… No importa cuánto escriba para exorcizar tantas cosas: miedos, frustraciones, fracasos, nostalgias, derrotas, tristezas, impotencias…



Que se siga matando la humanidad; que sigan los políticos falsetes engañando a la gente; que continúen las aves carroñeras de Caracol y RCN comerciando con el dolor ajeno; que siga Doña GUERRA (así con mayúscula sostenida) reinando en esta tierra; que sigan tratando de revivir el fútbol de Locombia y metérnoslo por donde sea con tal de vender pautas publicitarias; que sigan los programas de imitadores y espectáculos  de Caracol y RCN metiéndole mierdita a los cerebros de nuestros niños y jóvenes mostrando que la única opción de éxito y felicidad es pararse frente a tres babosos y mediocres personajillos (a servirles de payasos o de títeres) que como Lucifer prometen la fama y la fortuna, y a la hora de la verdad dejan únicamente seres humanos ilusionados, traumados y decepcionados.




Que el mundo siga produciendo combustibles y productos dañinos para mantener las industrias y los medios instaurados mientras acabamos con el planeta; que sigamos en medio de este sistema de esclavitud moderna trabajando como mulas donde no se alcanza ni a pagar los gastos básicos mientras un banquero grita que está en crisis porque le tocó vender uno de sus veinte yates o un cantante famoso le toco vender una de sus mansiones de 60 habitaciones…



Que siga este loco país y este mundo perturbado girando y cayendo abismo abajo mientras nos maquillan la realidad los noticieros con los guiones de los gobiernos capitalistas, comunistas, socialistas, monárquicos, democráticos, dictatoriales o como se hagan llamar esa manada de malparidos que son la misma mierda ¿Acaso el Diablo no tiene también varios nombres? Luzbel, Lucifer, Belcebú, Satán, Canchilas…El Poder tiene varios nombres y nos tiene a todos como maquinitas. El Poder, ¡El Poder no ha dejado sino el tendal de muertos y gente pobre, enferma y desamparada a lo largo de la historia! Al Poder me le rio en su cara y le escupo, y creo cada día más convencido en el anarquismo: La libertad individual sin métodos violentos. Al Poder me le escondo en una montaña de Locombia y le hago hueco por esta vereda donde ya me tengo charlaos a muchos campesinos pa que no sean bobos y no se dejen embaucar del Poder y sus dirigentes, legales o ilegales. –“¿Qué es legal y que es ilegal?” Les decía una noche en la fonda mientras jugábamos billar y departíamos en mitad de una noche de verano. -"Legal es la guerra, la política, el cigarrillo, el licor, el juego, que diariamente se echan al buche a más de uno y dañan hogares y seres humanos…ilegal señores ya va ser decir lo que uno piensa por internet, ilegal es robarse unos galoncitos de combustible que pasa por un tubo y que finalmente sale de la tierrita de uno pero lo extraen y se lucran otros que nos son de acá; ilegal es no pagarle la deuda a un hijueputa banco que no hace sino robarnos legalmente todos los días. ¡No me crean tan pandechócolo! Pa mí la legalidad y la ilegalidad se resumen en dos cosas: Legal es respetar al otro y respetar su vida y su libertad, e ilegal es matar, oprimir y pasar por encima de los demás. Que no me vengan a mí con leyecitas amañadas a favor de una manada de ambiciosos de dinero y de poder que lo único que buscan es su bienestar individual mientras el resto llevamos del arrume!”



¡El Poder! Pobre pendejo que no me alcanzates a coger. A este pobre y enclenque muchacho que no tiene cuenta bancaria sino que mete sus billeticos en un escondite casero; este pobre bobo que no tiene tarjetas ni va a mercar al superhipermegamercado sino que cultiva su propio alimento o hace y fomenta el trueque en la vereda y si no consigue acá lo que necesita sube cada ocho días al granero del pueblo a conseguir lo que falta. Este entelerido que no se va de shopping a cada rato ni saca cosas a crédito; este pobre infeliz que no sueña con escenarios, fama y riquezas, sino que disfruta de su anonimato y lo único que aspira es mantener llenos cinco pollos, tres gallinas ponedoras, tres patos y una vaca y mantener al peluche la huerta y el pedacito de tierra pa sembrar yuquita, maíz y frijolito.



¡Me les volé de la ciudad! Al Podersocito y al Sistemita. No sirvieron los estudios, los trabajos de oficina, las comodidades, la seducción de la modernidad y sus promesas de posesiones y reconocimiento. Me les vine pa´l monte, a buscar la felicidad donde siempre la tuve, en el campo, donde de niño en este rancho del abuelo pasé varias temporadas que se mantienen intactos en mi memoria junto a las cosas sencillas de la vida ¡Que casa de fósforos y apartamentos nuevos en la ciudad donde hay que salirse pa que entre el sol! Pa que pagale veinte años a un desgraciado banco, pa que luego le embarguen la casita a uno, no señores, esa gentuza no se toma un tinto de cuenta mía. Cogí monte y acá estoy bien. Por ahora, por culpa mía un banquero le faltarán cincuenta mil pesos pa comprarse un nuevo yate; y un estúpido reallity no me verá hacer el ridículo frente a tres vulgares y mediocres jurados, yo seguiré tocando el tiple y cantando desafinado uno que otro verso solo a la luz de la luna…



-“Este mucharejo que es lo que tanto escribe, está como loco, deschavetado, ido. Pobrecito, se desviroló del todo, tiene las bielas sueltas, se le corrió la teja”, dirán algunos, y pues sí, se me corrió la teja. Una teja del rancho con un vendaval que hizo ayer el hijuemíchica, a ver si ahora la acomodo…



Pero antes de acomodarla, terminaré de escribir estas palabras enmarañadas  y difusas, esta vez sobre el alardeo de la superproducción de uno de esos canalillos de mierda sobre la vida de un capo de bigotico que nos hizo mucho daño y le dejó a Locombia lo peor que le ha dejado el narcotráfico a este país. No los muertos, o la guerra, o las bombas; porque muertos, guerras y bombas hay en todo lado de este loco mundo. ¡No señores, lo peor que nos dejó el narcotráfico fue esa maldita cultura del dinero fácil!



Y mientras Caracol rinde tributo a la vida de Pablito, el narquito del bigotico que se echó al buche a más de uno y casi acaba hasta con el nido de la perra; otro colombiano de bigotico se nos iba en un hospital en medio del olvido. Ya sabemos que en este país el bien no paga. No se han hecho telenovelas, ni seriados, ni películas de científicos, ni profesores, ni médicos, ni amas de casa, ni personas de bien. Caracol y RCN sólo quieren venderle a nuestros chicos: Pandilleros, guerrillos, paracos, mafiosos, políticos, prostitutas, banqueros y periodistas sensacionalistas…Y eso señores, es lo que somos pa´l resto del planeta, gracias Caracol y RCN ¡Canales canallas y malditos!



En tanto en el país todos esperan ansiosos la hipermegasuperproducción sobre Pablito el patrón del mal; otro hombre, común y corriente que estudió, trabajó honradamente y por muchos años anduvo el campo colombiano compartiendo con los más olvidados, se moría en un hospital sin cámaras, ni cubrimiento, ni notas periodísticas: el Profesor Yarumo,  ¿Se acuerdan del Profesor Yarumo? El de la Federación de Cafeteros, el Profesor Yarumo original, el duro, el master, el Ingeniero Agrónomo Héctor Alarcón Correa, el hombre que recorrió el país y se hizo un lugar en nuestra historia, aunque quede en el lado B de ella, porque los medios ponen en el lado A sólo lo que les interesa vender y mostrar (a medias) de este país: La mierda, la violencia, y la maldad...¡No, no, no, así no tenemos cuando salir del fango!



Mientras Caracol y RCN insisten en mostrarle a Locombia y al mundo, en especial a nuestros niños y jóvenes, que la riqueza, la fama y el poder se consigue por medio de Mafiosos, Banqueros, Políticos, Bandoleros y lo peor de esta raza, unos cuantos colombianos, sobre todo los campesinos, extrañaremos el inconfundible –“¡Bueeeeenas!” de quien por muchos años nos mostró el campo y nos lo enseñó a amar. Paz en la tumba del Profesor Yarumo, el Ingeniero Agrónomo Héctor Alarcón Correa, el Patrón del bien.