jueves, 27 de septiembre de 2018

La hilanderas de la muerte


Por: Fermín López

-“Ah si el sistema perdió plata conmigo... ¡Y mucha! Mejor eché pa`l monte y jeliz! Le digo a una vieja amiga y su esposo que vinieron a visitarme por estos días a la jinca. -“Yo pude haberle producido unos cuantos milloncitos al sistemita, pero ah! qué peeeereza! Pa` que se lo sampen una tracamandada de ladrones malparidos sanguijuelas y chupasangres tiempo sobra! No aguanta estresarse uno al son de los cocos, pa que se roben la plata unas mentes inferiores que no han podido pasar del nivel uno de la maldita apariencia y el amor por el cochino dinero!. Quiero verlos empacaos en un cajón con cuatro vidrios a ver si son capaces de arrastrar todas sus posesiones y riquezas como los antiguos faraones que no pudieron ni así hacerle el quite a Anubis, el antiguo chacal que iba hasta por las almas de los pomposos y vanidosos soberanos egipcios a pasarlos al papayo”; termino mientras me sorbo otro trago de café y el esposo de mi amiga que es extranjero me mira tratando de hilar tanto slamg autóctono que vocifero y mi amiga (radicada hace años en el extranjero) le explica en slamg a lo mero mero pa` que termine de entender la idea.



Más tarde voy con ellos al pueblo y les doy un recorrido por entre algunas calles y casas que se resisten al paso del tiempo. Les muestro algunas escuelas y colegios por donde han pasado muchas generaciones y han salido algunos políticos que parece que pasaron por la escuela, pero tirando piedras…



-“Es inconcebible, que a esta altura del camino gente que anda en el poder dirigiendo nuestros destinos y algunos que han pasado dizque por tantas universidades y especializaciones y maestrías y dotoraos y  no sé qué más hijueputas, no piensen sino en el signo pesos y en poseer como enfermos; algunos tienen tantas cosas que ni saben lo que tienen. Qué antepongan eso al desarrollo, al bien colectivo, a la salud, el medio ambiente, la armonía y el equilibrio si da es como verdadera lástima de estos pobres miserables seres ¿no?” inquiero a mis acompañantes mientras mi amiga toma una foto de una calle que de tanto verla me sorprende como la veo ahora en la foto y capto en esa toma la nostalgia de mi amiga por su tierra.


-“La ética es una ciencia perdida. Este es un mundo de sobornos, de coimas, de amenazas…” Le leí una vez a Borges en una entrevista...” me dice el esposo de mi amiga mientras le pide a ella cariñosamente la cámara prestada para tomarle una foto a la plaza de mercado que me parece se le hace familiar a kilómetros de su patria.



-“Me cae muy bien el cuatemucharejo. Oye, me alegra que por fin estés en buenas manos y alguien que de verdad te valore” Le digo a mi amiga que se cruzó en el camino hace unos años y desde entonces la amistad sigue presente. “Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo.” Escribió Decimus Iunius Iuvenalis o como le decimos sus cuates: Juvenal el antiguo poeta romano.



Con mi amiga estudiamos algo de fotografía hace muchos años, en uno de esos cursos fue que nos conocimos, recuerdo mucho unas jotos que tomamos po´allá en un cementerio y un parque natural. Luego ella entró a comunicación social y yo me desvié a agronomía y seguí fotografiando pero hojas de plátano, papayas y espantapájaros…Luego ella se fue a Bogotá a chupar frío y luego saltó al extranjo. Muy pila, pispa y excepcional ser humano. El año pasado nos topamos después de muchos años en México… Ah, no les he contado que estuve andaregueando mucho el dos mil diez y seis y dos mil diez y siete, por eso casi no escribí. 



Pues eso les cuento, po´allá estuve en la tierra del picante y el Náhuatl. Jartando sopita azteca y posole, de rechupete pa lamerse los dedos ¡Fermincito también pasea! ¿Pero cómo pasea ese pobre campeche si mantiene allá en la jinca cultivando plátanos y yucas?” dirán algunos. Dirán que parezco esos gamines que se fueron a repartir cuchillo al mundial de Brasil, unas gambas que uno no se explica cómo fueron a dar por allá, pues parecían esos fichos que piden cada ocho días una moneda pa´ ajustar pa´la boleta del estadio pa´entrar a ver un partido en la tribuna sur…Y muy seguramente estuvieron de nuevo en el mundial de Rusia voleando puñal.



Pues sí mucharejos, a México fue a parar este montañero pero no a repartir cuchillo precisamente. Es que el campo es muy barato y uno ahorra un montón. Vean paren pues pelotas: el promedio en pasajes urbanos son ocho miles diarios, por treinta días del mes, doscientos cuarentamiles, por doce meses que tiene el año: dos millones ochocientos ochenta, ahí está el pasaje aéreo ida y vuelta a los Méxicos y sobra pa los chiclets; que por cierto no fueron inventados por Thomas Adams sino descubiertos por éste a una visita que hizo a México; se dice que los Aztecas lo usaban pa limpiarse la jeta, más exactamente las perlas o dientes que llaman, además la palabra chicle es de origen náhuatl (la macrolengua yutonahua que hablan según leí por ahí como un millón y medio de almas).



Pues sí mis estimados y estimadas quesadillas, con lo que Fermincito ahorró en un año en el campo haciendo de cuenta que me tocaba pagar pasajes urbanos todos los días como antes lo hacía en la decrépita y agonizante ciudad, me jui a pasear a la tierra del siempre admirado Cantinflas. ¡Ah pa´ que fue pues que estudiamos! Y como les había contao la otra vez que juí a conocer el Pacífico, yo ahorro la plata de la pensión en una alcancía y cada año saco alguito de ahí y me hago un viajecito. Con de esa platica acompleté pa pasear bien sabroso. ¿Vustedes creen que voy a regalar el dinero de la pensión a esa manada de randas que en vez de usar bien el villegas se la embolsillan pa hacer campaña y vivir como reyes con los ahorros de los plebeyos? Además que va a llegar uno a los sesenta y pico que es la edad de jubilación en Locombia, con ese aire tan contaminado, esas EPS quebradas, ese salario mínimo de chiste, tanto transgénico en la comida, tanta maldita gaseosa y esos infernales canales de Caracol y RCN vociferando mentiras, sembrando la cizaña y estresando a los televidentes!. Si llegamos a los cincuenta nos damos por bien servidos. Así que para qué esa berrionda pensión. Esa plata en caso de uno llegar a viejo bien trambuleco y chuchumeco no sirve sino pa pagar los taxis a la EPS y comprar medicamentos que toca adquirirlos a uno mismo porque el sistema de salud está más quebrado que güeva de luchador. ¡Valiente gracia! Esa platica deben darla es ahora que uno está joven y culicontento pa´ pasiar y pasar bien bueno. Además esa plata de las pensiones a lo bien debería era salir de los despreciables congresitas, políticos protervos, gusanos expresidentes y coprófagos banqueros que no hacen nada sino robar al pueblo día a día; pa´ saber que mueren desquiciados tratando de llenar el saco roto de la ambición y no les alcanza la vida.



Ah juepucha si me despaché, ahí perdonarán tanta retahíla, pero estaba como atascao, como hace rato no escribía y esto pa mí es una especie de exorcismo, pues ahhhh, se siente como un fresquito. ¿En que iba? Que se le perdió el hilo a esta Moira… Ah ya me acordé les andaba chicaneando que estaba por las tierras de Mictlantecuhtli o Popocatzin, el dios azteca de la muerte, que ahora han despertado los mafiosos, esos faraones modernos que tiene el poder para cambiar y tumbar sistemas pero que su ciega ambición no los hace ver más allá de lo superfluo y lo banal que termina sin trascendencia y en el olvido.



Ya me estaba como embolatando otra vez, yo si hablo más que un radio fiao. Les contaba que platicaba con mi amiga y su esposo. Ahora entramos en un café de un viejo amigo del pueblo y seguimos echando cháchara, el deporte nacional de mi Locombia que habla hasta por los codos pero nos ensartan por ya saben donde cada año con impuestos alzas y sueldos miserables.



-“Me tomé un break en la maestría” Dice mi amiga que cuenta como a veces todo se vuelve una presión y un afán donde finalmente la carrera es con uno mismo. –“Para qué sirve un trabajo final más allá de la nota y comprobar unos conocimientos a punta de memorias y recitando teorías de otros. ¿No es mejor ser más prácticos y desarrollar pequeñas ideas que ayuden a la sociedad, intentar nuevas cosas y ensayar (así nos equivoquemos) teorías novedosas y salirnos de viejos esquemas?” anota ella.



-“Estudiar sólo por notas es como trabajar sólo por dinero” apunta su esposo y se toma un trago de una aromática de frutas que le ha sabido a gloria y con mi amiga empiezan a descubrir los ingredientes para copiarlo en tierras aztecas pero quedan frikis mortis al llegar al maracuyá… Mientras sorbo un trago de café oscuro, así como me gusta a mí: para teñir costales, le susurro a mi amiga: “Este loco me cae bien, no habla casi, pero cuando habla es efectivo. Como el dermatólogo: va al grano.” Se ve que es bien pilo también.



El medio día consume la mañana, la tarde acaba con el medio día y la noche se traga la tarde mientras entre charla y charla, café y café, aromática y aromática con los parcecuates tratamos de arreglar el mundo. Siempre es bueno ver la esperanza en medio del mierdero y saber de personas que en varios rincones del mundo construyen el futuro mientras los ineptos poderosos se consumen en su codicia y no son capaces de hacer nada por su planeta y sus congéneres. Les escucho a mis amigos muy buenas ideas y el man me cuenta de proyectos que están desarrollando en México desde el área de sistemas integrando pequeñas comunidades y van desarrollando economías en red. Se siente un fresquito al saber que en muchos rincones del mundo pequeñas comunidades en las montañas viven el día a día sin presiones y jelices, teniendo tiempo para disfrutar de la vida aplicando tecnología en producción, seguridad y educación mientras los mágicos, banqueros y políticos corruptos se desangran y se pierden por la locura del poseer sin saber que desperdician su tiempo malgastándolo, pues también al final del camino los esperan Cloto, Láquesis y Átropo, las hilanderas de la muerte.


lunes, 18 de mayo de 2015

The king is gone...

Por: Fermín López

“Oh yes I know, there must be a better world somewhere…” (Oh sí yo sé, debe haber un mundo mejor en alguna parte…) Canto al unísono con una grabación de Dr. John y Rito Rey, (Riley King), más conocido en los bajos fondos del blues como B.B. King (Blues Boy King), mientras barro hoy domingo el corredor de mi casa con una escoba de paja que me vendió doña Dioselina, una amable octogenaria de la vereda.



Esta semana estiró los guayos, o más bien colgó la guitarra el rey del blues. Parece ayer cuando le conocí en el legendario CD Kansas City 1972 que compré en algún agáchese por la carrera séptima u octava hace muchos años, cuando vivía en mi adorada y loca Pereirita. Así que hoy domingo, me toca la nostalgia y pongo a sonar las seis cuerdas mágicas y la voz adolorida y elástica de B.B. King, cantando la herencia cultural de los antiguos griots que viajó en la sangre africana, llevada a la fuerza a América y esclavizada a lo largo del continente, donde un grupo de esclavos esparcidos en el Misisipi, configuraron uno de los estilos musicales más maravillosos de la música…-“¡It´s my own fault baby!...” Trato de improvisar un falsete y muevo mis dedos a lo largo de la escoba que ahora tengo cargada en posición horizontal como tocando guitarra mientras veo de soslayo el video de B.B. King que tengo en el computador en una mesa del pasillo mientras hago oficio y veo al King tirándole picos (besos) al micrófono, cantando junto a Bobby Blue Bland y en ese instante siento que me dicen: “¡Ole Fermín! ¿Qué te pasa home? ¿Te poseyó el Mandinga?”. Volteo acordándome de la leyenda de que Robert Jhonson le vendió el alma al diablo en un cruce de caminos para tocar el mejor blues de todos los tiempos y miro que es Andresito, un primo hermano que no veía hace más de siete años.



-“¡Qué hubo pues ole!” Respondo y suelto la escoba y nos fundimos en un abrazo.



-“Este monecas como estás de grande home. ¡Gordo y cacheticolorao! Qué hace que estabas gateando y de nudito atrás…” Le digo mientras él mueve sus manos al aire gozándome como cuando yo estaba imitando al rey del blues tocando la guitarra y le digo entrando a la cocina: -“¡Este verriondo si es más cansón que un submarino de remos! Descargá pues la maleta y vení te preparo una caspiroleta (eso es un bebedizo energético que hacemos po´acá con huevo batido, leche y panela). –“Y como dites con el rancho?” le pregunto mientras saco unos huevos de un canasto. –“Pues de tu casa me indicaron y peguntando se llega a Roma” Me contesta Andrés mientras acerca un butaco y se sienta a ver como hago el brebaje…



Andresito ya debe estar pisando los treinta años, vivió con nosotros de niño en casa de mis padres un tiempo.  Luego nos veíamos en las reuniones familiares y lo último que había sabido de él era que estaba varado (sin trabajo) y se fue pa´l extranjo en busca de un mejor futuro porque esto acá estaba más duro que ver morir a la mamá de hambre…



“Oiste Fermín, está bacano el rancho, yo no creí cuando me contaron que habías agarrao monte. Ese verraco está más loco que una cabra me decía y me toteaba de la risa…” Exclama dándome unas palmadas en el hombro mientras mira el horizonte verde y yo le digo sonriendo: “Perro viejo late echao…”



Le explico mostrándole el paisaje de la finquita que hasta donde le alcance la vista es mío. –“Procurá pa´ que la vista te alcance hasta estas maticas de cidra de acá en frente porque de ahí pa´ allá tiene otro dueño.” Aclaro.



Sentados en un tronco seco de un viejo árbol que reposa en el prado de mi casa, recordamos nuestra niñez y más tarde me cuenta cómo fueron de tenaces sus últimos días en Locombia antes de decidirse por abandonar la patria y probar suerte en otro lado, y en ese instante llega un hilo de voz desgarrada de B.B. King que canta: “Well, my bad luck is falling down like rain, well, my bad luck is falling down like rain, no matter what I do, seems like luck won´t never change…” (Bueno, mi mala suerte cae como lluvia, no importa que haga, parece que la suerte nunca cambiará)



-“Oiste, la vida si es muy chistosa, yo como era de vago y que no salía de las enaguas de mi mamá y mirá donde fui a parar, a miles de kilómetros de mi pueblo buscando dizque un mejor futuro. Y vos tanto que estudiabas y tanto que andabas, tanta vuelta que dites pa´ terminar en la finca de tu abuelo sembrando fríjoles y yuca…” Inquiere Andresito con tono burlón. –“¡Vida hijueputa!...” Agrega y nos miramos y nos carcajeamos. Ahora le muestro donde duermen los pollos y las gallinas ponedoras.



-“Home Andrés, así es la vida, más rara que un perro a cuadros. Yo seguía las reglas y el camino que según dicen debemos seguir y llegó un momento en la ciudad que me mamé, me harté de todo y sentí que estaba más perdido que Papá Noel en mayo y me dije: Ah, que va home, esto no es conmigo y agarré monte, a poner el polo a tierra y a replantearme un poco de cosas que me habían enseñado y que luego analizando con calma veía que todo estaba más preparado que un kumis. Unos sistemas viejos y obsoletos pintándonos un futuro y mintiéndonos con una cantidad de cosas que si te ponés a pensar, sólo benefician los de arriba, los poderosos, sin importar de que bando sean: Capitalistas, socialistas, comunistas, fascistas, demócratas… Todo es la misma arepa con distinta mantequilla.



La razón de la existencia se golvió fue trabajar como mulas y criar las nuevas generaciones pa seguir manteniendo una tracamanada de malparidos dueños del mundo...El 1% del mundo mantenido en lujos y derroches por el otro 99% de la población que tiene el tiempo empeñado y miando con vejiga prestada pa´ poder sostener esas miasmas holgazanas y sanguijuelas que temperan en la cúspide de la pirámide actual. ¡No, no, no! ¡Estamos es moliendo con yeguas! ¡Conmigo no! Esos malditos no se toman un tinto de cuenta mía…” Ja, ja, ja…” Se carcajea Andresito y continúo: -“Y me vine pa´ acá a tratar de vivir con lo menos posible y buscando más tiempo para mí. Tiempo pa´ descansar, tiempo pa´ leer, tiempo pa´ pasear, tiempo pa´escribir, tiempo pa´escuchar, tiempo pa´sobrevir el día a día (pero viviendo) tiempo pa´sentir, tiempo pa´cantar y en ese momento se me sale un desafinado: “…every day I have the blues...” que suena en el corredor de la casa que ahora atisbamos desde una veranera. –“Toca rebuscar el diario, pero la papita no se pierde muchacho, pa´ jartar, dormir bien y hacer lo que a uno le gusta no se necesita mucho…” Le digo y ahora me trepo a un palo de guayabas y le tiro unas cuantas a Andresito.



-“¿Elegiste entonces la pobreza Fermín?” Cuestiona Andresito echándole muela a una guayaba tierna y amarilla mientras con los pies junta las otras guayabas que han caído al suelo –“O talvez la pobreza me eligió a mi mucharejo…” repongo. –“Hombre, es que el término pobreza yo a veces siento que no lo metieron por los ojos como antítesis de la felicidad. Pillate la señora que me vendió esa belleza de escoba de paja con la que estaba barriendo ahora, tiene como ochenta abriles, la conozco desde pequeño que venía a visitar a mi abuelo acá a “Las Acacias” y ¿Podés creer que tenemos más canas vos y yo juntos que ella?”. Ahí vive con un hijo y dos nietas pequeñas, siempre se ve sonriendo, cantando y atizando el fogón de leña. En los ratos libres se pone a hacer escobas, sombreros, canastos y otras cosas de iraca que vende su hijo en el pueblo el día de mercado. Hambre no aguanta, se come sus tres golpes al día y comida sana sin pesticidas ni pollos inyectados. Una factura de cuatro mil pesos de energía y otra de dos mil pesos de agua no la van a estresar. ¿Ah? Andresito. Y le cuento, ella está en las estadísticas como pobre y vive más sabroso que Caliche Slim que esta noche no debe poder conciliar el sueño pensando en las reuniones de mañana, en cómo va a amanecer la bolsa, que artimañas debe hacer pa´ no tener pérdidas, como expandir su emporio económico y ni tiempo tendrá de irse a broncear a una de sus tantas mansiones con piscina. “¡Pobre Caliche!” Exclamo, y Andresito suelta una risotada: “¡Ja ja ja, vos si salís con unas home!”



-“¿Pero sabés que hasta razón tenés?” La mayoría andamos con el tiempo empeñado jugando a ser “ricos” pagando deudas de juguetes modernos y pendejadas que si uno se pone a coger cosa por cosa y ver que necesita realmente le cuento que le sale una venta de garaje la hijueputa…” Añade Andresito que ahora pela una mandarina con sus manos y nos sentamos de nuevo en la mesa del comedor a escuchar un poco más de blues, mientras le cuento un poco la historia de este género musical que salió de las plantaciones de algodón, las minas, las construcciones de vías férreas, las cárceles y las situaciones más tenaces de miseria y pobreza para convertirse en una de las expresiones culturales más ricas del mundo moderno…” Y ahora lo invito a coger unos biches (plátanos) pa´ hacer el almuerzo.



-“La pobreza física realmente es algo impuesto. Leía estos días que si se repartiera la riqueza física que hay en la actualidad nos tocaría a cada uno como de a nueve mil dolorosos. Leía que producimos el doble de la comida que necesitamos pero paradójicamente el 15% de la población sufre de hambre. Que con el 10% del gasto militar mundial mañana erradicaríamos el hambre y la pobreza en todo el planeta. Pillate esta: Con el 1% del billete que se le han dado a esos estafadores y sanguijuelas de los bancos para sacarlos de la “crisis” podrían ir a la escuela todos los niños de la tierra. ¿Ah? Monecas, acá lo que hay en esta loca esfera es una pobreza espiritual y mental la hijueputa!” Le cuento mientras bajo un racimo de plátanos y me lo echo al hombro.


Me cuenta que tiene ganas de regresar a Locombia, que extraña mucho a su cucha, su tierra, su gente. Me dice que entró a estudiar Economía. Le felicito y le digo que aprenda mucho en los recreos y cuando hable con la gente. –“Es donde más aprende uno hombre, hablando y sabiendo que piensan los demás…Las clases son sólo guías y metodologías, aunque una que otra vez se encuentra uno a grandes profesores que más que pedagogos son grandes seres humanos. Son los que más huella dejan.”




Le hablo del decrecimiento económico y le recomiendo leer a  Nicolas Jorgito Rojas, más conocido en los bajos fondos de la economía como Nicholas Georgescu-Roegen; Ernesto Federico Chamorro, conocido en Alemania como Ernst Friedrich Schumacher,  Sergio Lato, conocido en Francia como Serge Latouche y Henry David Toro, Thoreau para ser más exactos...



Juntos cocinamos el almuerzo y mientras atizamos el fogón de leña nos invade la nostalgia y hablamos como en nuestra familia los mayores se van yendo, nuestros padres se van llenando de canas y nosotros entramos a una etapa donde ya hemos pasado la mitad de la existencia y vemos como el tiempo implacable nos reclama como trofeos. Cuestionamos como se nos pasa la vida soñando, planeando y viviendo a millón sin disfrutar las pequeñas cosas de las que está hecha la vida…Le cuento un poco sobre la historia del blues y quien era el bluesman desaparecido y el compu sigue emitiendo notas maravillosas, ahora B.B. King junto a Buddy Guy llenan el ambiente con una emotiva versión de Stay Around A Little Longer, y mientras Andresito pela los plátanos agarro de nuevo la escoba de paja y juego a ser el rey del blues y canto junto a mis dos ídolos: “I thank the Lord for letting me stay around a little longer, Lord knows I love the life I live, this old road's been so good to me, I've been given much more than I ever dreamed…” (Doy gracias al Señor por permitirme quedarme en torno a un poco más de tiempo, Señor sabe que me encanta la vida que vivo, este antiguo camino ha sido tan bueno conmigo, me han dado mucho más de lo que jamás soñé…”



Almorzamos una sopa de plátano y pollo, con arroz y aguacate. Sobremeseamos aguapanela con limón, luego nos tiramos en un par de hamacas que Andresito me ha traído de regalo y seguimos charlando mientras reposamos el almuerzo. En el computador suena una de las canciones que programé: “The thrill is gone” de B.B. King y Andresito dice cerrando los ojos: “Esa está poderosa. Muy bonita esa canción, y yo miro una nube que parece tener forma de Lucille (la guitarra del rey del blues) y murmuro cambiando un poco la letra de la canción: “The king is gone…”







jueves, 12 de febrero de 2015

¡Despabilen!

Por: Fermín López

-“La muerte es una buena porquería –pensó- Se te entra a pequeños fragmentos que apenas denuncia que ya ha entrado. A veces llega en forma atroz. Puede surgir de un vaso de agua sin hervir; de la picadura de un mosquito; o puede llegar con el trueno enorme, clamoroso, al rojo vivo, en el que hemos vivido. Llega con los minúsculos chasquidos que preceden al empleo de las armas automáticas. O con el humeante arco que describe la granada, o la aguda caída y explosión de un morterazo…” Recita Eugenia una de las fotocopias que les he pasado a los mucharejos. –“Muy bien Eugenia. Seguís vos Marcelo…” Le digo a un niño de 11 años de crespitos que le tapan las orejas quien sale al frente del salón mientras Eugenia toma asiento. Un hilo de voz sale del graznate de Marcelito:


-“Yo la he visto venir, ampliándose en el espacio al salir del soporte de las bombas, cayendo con esa extraña curva. Aparece con el choque metálico, del choque lanzado a toda velocidad o el simple despiste en una carretera resbaladiza…”


-“¡Eleonora, siguiente!” Digo concentrado con la cabeza abajo, meditabunda, la mano derecha empuñada sobre los labios y la mano izquierda sosteniendo el codo derecho. Y me acuerdo de mi profesor Martín (un genio) que en ocasiones tomaba esta postura y yo lo miraba y me preguntaba qué pasaba por su genial mente, y yo tan bruto y tan cerrao bebía sus enseñanzas esperando algún día retener algo de sus sabios conocimientos…


-“Sentía la soledad de muerte que llega al cabo de cada día de la vida que uno ha desperdiciado…” Me llega la voz de Eleonora que después se sienta en su pupitre.


-“Ya pa´ terminar, salí al frente vos Ivonne…” Le digo a una niña de doce años que sale acomodándose las gafas y con voz fuerte exclama:


“Viene para la mayoría de las gentes mientras están en cama, lo sé, como antítesis del amor….”


¡Listo mucharejos! ¡Muy bien! Digo a todos los estudiantes mientras me paro de un brinco. –“Ernestico Hernández, más conocido en los bajos fondos de la literatura como Ernest Hemingway, estaría muy orgulloso de vustedes. –“Qué mucharejos tan adelantaos, cómo me leen de bien, pausadito y clarito como el chocolate…” Diría don Ernestico.


Bueno mis estimados pandechócolos, ya vimos hoy algo sobre la muerte. Como les explicábamos la semana pasada con los otros profesores, no es por asustalos ni preocupalos. Cambiamos un poco el pensum y reestructuramos algunos temas y materias este año para así enséñales cosas más prácticas que por lo menos se puedan defender un poquito, porque esto muchachos, cada día está más verraco; esto está más duro que ver morir a la mamá de hambre…


La nueva materia que vieron hoy se llama Muerte I, inicialmente iremos hablando de ella pa´ ver lo que nos espera a todos los mortales: ricos y pobres, bonitos y feos, pilos y brutos. A veces se demora, a veces llega en dos voliones, como les decía al inicio de la clase. Es un tema que ha dado películas, canciones, poemas, libros, estudios científicos, experimentos, tesis, teorías, y es el deporte favorito de los poderosos y mandamases de esta loca tierra.


En unas culturas como la nuestra, le tenemos pavor, mientras que en otras celebran la “estirada de los guayos”. Para algunos ahí se acaba todo y pa´ otros empieza otra cosa nueva; como me explicaba una vez un amigo islámico:-  “…es como cuando uno nace en este mundo y muere en el vientre de la madre…” Pero no me les adelanto, eso luego lo ven en la materia Muerte II, junto con algunos pensamientos de Epicuro, Albert Camus, Lucrecio, Ciorán y otras almojábanas…


No se me azaren, achicopalen, ni se me achanten. Como decía Platón: “Prepararse para morir no es más que pensar en esta vida que vivimos” Así pues muchachos, le sacamos más provecho a la vida y vivimos más gὕetes (felices).  Vení pa´cá Teresita pa´ que cerrés pues con broche de oro la clase con este escrito de doña Victoria Sierra, más conocida en Polonia como Wislawa Szymborska…” Y todos ríen mientras preguntan en vos alta:--“¡Wissss quéééé! Ja, ja, ja ja….”


– “Chito pues muchachos, no se me alebresten, que no importa como suene sino lo que nos dijo, porque esa pobre también boquió. ¡Pilas pues! Paren pues bolas, acá les escribo bien el nombre pa´l que quiera aprender un poquito más busque ahí en google quién era la cucha. Hágale pues Teresita, arranque pues a leer que nos cogió la menguante…” Digo mientras le paso mi celular donde ya está el escrito que rápidamente había encontrado en google y yo hago rechinar la tiza en el tablero y Teresa empieza a leer en voz alta el escrito que titula:


La muerte (sin exageración).
-“No es capaz de aceptar una broma, de encontrar una estrella, o de hacer un puente. No sabe nada de telares, minas ni granjas, de construir barcos ni de hacer tortas…” –“¡Oigan pues!” Exclamo voz en cuello pa´ callar a dos muérganos que están cuchicheando atrás del salón y luego se quedan callados. Y continúa leyendo Teresita:

-“Cuando planificamos nuestro futuro, tiene la última palabra, la cual no tiene nada que ver. Ni siquiera hace bien las cosas que son gajes de su oficio: cavar una tumba, dejar todo limpio.

Preocupada de aniquilar, hace su trabajo con torpeza, sin sistema ni destreza, como si cada uno de nosotros fuera su primera presa. Cierto, tiene sus triunfos. Pero miren todas sus derrotas, ¡Los golpes errados, los repetidos intentos! A veces ni siquiera tiene la fuerza de aplastar una mosca en el aire.

Son muchos los gusanos que la han abandonado.

Todos los tubérculos, las vainas, los tentáculos, aletas y tráqueas, plumajes nupciales y las pieles de invierno, muestran lo atrasada que está en su desganado trabajo.

No se le va a ayudar con mala voluntad, ni siquiera con nuestras guerras y golpes de Estado ¡Está tan atrasada!

Los corazones laten en los huevos, crecen los esqueletos de los bebés. Las semillas brotan con sus pequeñas hojas, los árboles crecen.

Quien afirme que es omnipotente, es prueba en vivo de que no lo es.

No hay vida que sea inmortal, ni siquiera por un momento.

La Muerte siempre llega un poco después. En vano tira la perilla de la puerta invisible.

Lo que tú has recorrido, ella ya no lo puede borrar…”


¡RINNGGGGGGGG! Suena el timbre de la escuela para indicar la hora de descanso rompiendo el sepulcral silencio. Y mientras todos miran ansiosos el patio les digo: -“Bueno mucharejos, digan adiós y cabrestién a la perra…Vayan un rato al patio a saltar y tomar sol aprovechando que salió el mono. Nos vemos en la siguiente hora.”


Yo aprovecho y salgo por un café oscurito de los que tanto me gustan (como pa´ teñir costales) y aprovecho pa´ contales a vustedes que deben estar más perdidos que Adán el día de la madre. ¿Se acuerdan que po´allá una vez les conté en una anécdota que titulé “Guácala” que andaba además de las labores del campo (deshierbar, sembrar, darle de comer a los pollos y a las piquisucias) estaba de voluntarioso en la escuelita de la vereda con otros parceros? Ellos enseñando sus habilidades en sistemas, español, salud y artes, y yo hablando chacharita pa´ que los muchachos se despeluquen un rato y no se vuelvan tan acartonaos y metódicos…



Pues este año nos dio por replantear el pensum y reestructurar un poco algunas materias mandadas a recoger y que ya estaban dando como mucha lidia. Por ejemplo religión (que verraca costura tan güesuda e infructuosa). Cada ocho días viene Gregorio, un parcero del pueblo egresado de Filosofía y Letras y con especialidad en religiones del mundo que se unió a la causa y les da Creencias y Cosmovisiones (que así le pusimos a la nueva materia) ¿Cómo nos vieron? ¡Elegantes! ¿No? ¡Pobres pero finos! Cuando necesiten bautizar algo no es sino que le digan a  Fermincito que yo soy más rebuscao que la letra pequeña de un maldito contrato de banco…



Gregorio viene y les enseña sobre historias sagradas, cristianismo, islamismo, hinduismo, budismo y otros ismos; además de las creencias de nuestros ancestros aborígenes y así se les abre un poco las entendederas a estos mucharejos para que no traguen entero. Malandros y bonachones hay en todas las religiones y yo personalmente conozco a más de un ateo con más ética y moral que cualquier obispo, pastor, monje o gurú que andan por ahí sueltos con piel de oveja. En fín, pa no alargarles más el cuento, cambiamos los sacramentos y rituales católicos, por algo más práctico y productivo que les sirva a estos mucharejos, hijos de la nueva aldea global y donde en cualquier viajecito puedan conocer más gente y no se pongan con zalamerías, porque esta berrionda generación de hoy en día agarran un avión y andan medio mundo como cuando uno de pelao se iba en flota pa´ Cali, Medallo o Bogotá…Esperemos que en un futuro, de este salón salgan unos dos ateos, cuatro cristianos, cinco musulmanes, tres budistas y dos hinduistas, por decir algo…Eso sí, todos por convicción.



En enero antes de iniciar las clases nos reunimos con los parceros de po´acá en la escuela del sector en la vereda donde vivo y en la que les digo que soy voluntario. Allí hablamos algo que veníamos dialogando en pequeñas reuniones en nuestras casas hablando mierdita y merendando como es costumbre. ¿Se acuerdan que una vez les conté como era más o menos esas reunioncitas en una anécdota que llamaba “Wind of Change”?



Julián, el maestro de planta nos invitó pa´ hablar con algunos padres de jamilia antes de iniciar la jornada escolar en esta escuelita olvidada por el Estado como muchas otras de mi querida Locombia. Allí estuvieron junto con yo (el burro adelante): Alexandra (la parcerita de las vacas, ingeniera industrial que dejó también la ciudad y es voluntaria enseñando Español y Literatura, su gran pasión) Tulio, el “Hacker” (quien vive una vereda más arriba de la mía), quien es voluntario dando sistemas; William el mucharejo alto y peludo que se me parece a veces a Chewbacca el de la Guerra de las Galaxias, quien comparte con los alumnos su arte y su música y Angélica la médica, que les habla sobre salud y ahora profundizará con ellos en anatomía, ayudada por los dibujos de William...



También estuvo mi amiga Patty, no sé si la recuerden, se las presenté una vez por allá en una anécdota que se llama “Tan Fuerte como la Muerte”, bueno, pues ella había venido el año pasado a unas vacaciones y estuvo varias veces reunida con nosotros en esas meriendas tertuliadas. Esta era la fresa que le faltaba al pastel. Muy pila ella, trabaja con el Ministerio de Educación (aunque está en total desacuerdo cómo se maneja la educación actualmente), capacitando docentes. Además estuvo enseñado a los niños por medio país en escuelas citadinas y rurales. Ella nos ha dado una mano, y con varias ideas hemos aplicado algunos ejercicios prácticos y cambios para nuestra pequeña comunidad estudiantil.



“La escuela tradicional es una exaltación a la memoria” Decía Patty en una mesa redonda que hicimos junto a algunos padres de jamilia en la reunión de enero que les comento. -“¡Un culto a la repitidera! Tanto en la escuela, el colegio y hasta la Universidad…” Agregaba William acomodándose con la mano derecha su pelo crespo largo y alborotado, mientras mueve su índice izquierdo al aire. Y continuaba Patty: –“Los estándares contemplan sólo unas materias básicas y son las que evalúa el Ministerio de Educación. Esas materias básicas son necesarias, pero son mal enseñadas. Por ejemplo Educación Física…”  –“¡Cierto!” Interrumpía yo antes de que se me fuera la paloma: “…esa brincadera y jugadera hay que dejásela a los pobres niños enclenques de la ciudad levantados a punta de coca cola y hamburguesas, prisioneros en los conjuntos residenciales y encerrados en apartamentos! Pero acá esos muchachos levantaos con sancocho y aguapanela, corretean pa´ arriba y pa´ abajo, cogen guamas y guayabas, montan a caballo, juegan futbol en la cancha todas las tardes, nadan en el rio cada rato, se tercean al hombro una paca de panela o una carga de caña; deshierban, se chilinguean en el jeep que va al pueblo pa´ no caerse…Esos verriondos ya están es cansados de brinconear y hacer ejercicio.” Digo, y me paso un pañuelo por la frente, cansado de tanta actividad que mencioné en unos pocos segundos. –“ Ajap…” Acentuaba  Patty. –“Creo que deberíamos resaltar la importancia del cuerpo, cómo realizar los movimientos según las actividades cotidianas, cómo mover un peso adecuadamente para no lastimarse, cosas más prácticas para su vida diaria y su normal y adecuado desarrollo.”



–“Se puede hablar un poco de la historia de los deportes y ponerlas en paralelo con la historia de la humanidad desde China, pasando por medio oriente y Grecia y así complementar las clases de historia. También hablarles más sobre la importancia de la participación en los deportes, el trabajo en equipo, la amistad, la solidaridad e irlos desconectando de ese mundo competitivo que nos han vendido y no tiene ningún sentido…” Añadía Angélica, que este año además da Movilidad Corporal, que así le pusimos a lo que antes se llamaba Educación Física…



“Podemos reforzar Convivencia Ciudadana, y darle más prioridad que a Matemáticas, Ciencias y Español…” Decía Patty en la reunión y yo metía la cucharada: -“Me parece muy bien muchareja, de una vez cambiémole el nombre pa´ estrenar todo. ¿Cómo les parece Integración Comunitaria?...” Y todos asentaban riendo y aprobando las ocurrencias de Fermincito…



Luego, mientras repartíamos con doña Lourdes una tanda de aguapanela con roscas de pandequeso a los asistentes, discutíamos sobre la matemática. –“En casi todos los que pasamos por la escuela, no tiene representación en la realidad, la matemática es una ciencia abstracta y hasta oculta, pero si se enseña con la representación en la realidad es mucho más fácil de aprender, así como la ha estado dictando Fercho, que no vino a la reunión porque se quedó cuidando su palo de guayabas y a él no le gusta botar tanto escape sino dos cucharadas de caldo y mano a la presa…” Comentaba Tulio. Fercho es de los primeros profes voluntarios en llegar a la escuela y aunque callado y serio, los chicos le han cogido cariño y han aprendido una matemática más práctica de acuerdo a este entorno rural y con las bases claras para quien quiera seguir aprendiendo y profundizando. Por ejemplo en ese momento tocó usar los fraccionarios pa´ repartir equitativamente unos pandebonos que sobraron entre todo el grupo reunido…



“La escuela actual está haciendo muy bien su trabajo…” Decía William. –“Están sacando estudiantes que repiten como loros y que sólo aprenden para el momento de la evaluación. Obreros, si son de educación pública y ejecutivos si son de educación privada. Al sistema no le interesa formar seres pensantes, creativos o críticos. Sólo mano de obra, borregos, capataces y perros adiestrados. Por eso hemos querido compartir con sus hijos y con ustedes mismos (ya saben que pueden asistir a las clases cuando quieran) una nueva metodología que permita ser más autocríticos y no tragar entero…” Complementaba William dirigiéndose a los padres de jamilia.



-“No nos la sabemos todas…” Metía la cucharada otra vez Fermincito que habla más que radio fiao. –“…Es más, pa´ serles sinceros estamos es como improvisando, pero improvisada está la educación desde que a los agüelos les daban juete o les pegaban con una regla, cuando la letra entraba con sangre. Así que, ¿Qué más da otra improvisadita?” Termino y muerdo una fracción de pandequeso.



-“Si me permiten unas palabras, señores comunidad…” Intervenía tímidamente don Cándido, un campesino de bigote al mejor estilo de “The Argentine Gentleman” (el Caballero Gaucho). Don Cándido es uno de nuestros amigos más entusiastas en la vereda y no se pierde ni la movida de un catre, siempre y cuando sea en beneficio de la comunidad. -“…A yo me parece que todo esto es muy güeno porque nuestros hijos necesitan es esa experiencia que vustedes ya conocen y que muchos ya pasaron por una universidad. Les agradecemos que les insistan a nuestros hijos en el amor por el campo, en ser honestos, amar sus tradiciones, que no piensen en irse, abandonar la tierra, o si se van que piensen regresar pa´ aplicar los conocimientos en su comunidad…” Decía don Cándido mientras se sentaba y se ponía el sombrero y todos le aplaudíamos su participación.



-“Usted lo ha dicho don Cándido, conocer, aprender y valorar su entorno son cosas demasiado importantes. No se preocupen porque emigren a la ciudad a una universidad, como van las cosas hoy en día, la academia ya entró a hacer parte del negocio y parece haberse desviado de la formación del ser íntegro y humanista. Créame que antes de allá están pensando en emigrar al campo, a volver a la vida básica y a la contemplación, renunciar al estrés y a una vida superflua, como hicimos nosotros. Si uno piensa detenidamente toda esa mentira que nos venden, sólo favorece a unos pocos…Y es mejor saber que ser dotor, como dice Fermín…” Concluía Alexandra esbozando una sonrisa, mientras yo la miraba de reojo con la boca atarugada por otra fracción de pandebono.



Hasta el año antepasado, Lenguaje, según nos contaba Julián, era una tortura. Pero gracias al método de Alexandra, que empezó a desarrollar algunas habilidades en los mucharejos antes de abordar la lectura y la comprensión, los niveles de lectura mejoraron y mejor aún, el deseo de leer, que en esta generación audiovisual ya es mucho pedir. La percepción a través de los sentidos, aprender a leer nuestro entorno, contemplar, analizar y cuestionar son un primer paso que normalmente se pasa la escuela por la galleta. Antes de leer hay que aprender. Eso fue más o menos lo que le capté en algunas clasecitas que asistí, esas clases con esta muchareja son bien amenas y a yo me gusta mucho seguir aprendiendo...Luego interrumpíamos la reunión para mirar un par de mariposas que revolotean cerca del jardín de la escuela mientras el viento mecía las hojas de unos helechos…



-“Ciencias naturales debe enseñarse afuera, eso de ver ciencias naturales y no ver ni una mata, una hormiga o cualquier otro bicho no tiene sentido. Yo creo que a veces abusamos de los libros, si leer nos hace libres, pues la práctica rompe las cadenas. De lo contrario somos unas enciclopedias andantes recitando y esperando que nos llamen al teléfono los de “Quién quiere ser millonario…” Sentenciaba William irónicamente y enseguida sorbía un trago de aguapanela, para luego abrir la jeta y exclamar: “Ahhhh ¡Deliciosa!...”



Finalmente, incorporamos algunas materias nuevas en la básica primaria como Anatomía, Huerto Medicinal, Nutrición, Primeros Auxilios y Muerte I. Así sean clases cortas o de una vez a la semana. Que un mucharejo sepa que le duele o que se aporreó exactamente; si hay un enfermo en la jinca a media noche tenga algo en el huerto, pa hacer una bebidita. Que sepan que se jartan y que deben comer para ser saludables; y en caso de una torcedura, un mareo o un raspón por ahí chilingueando o pateando una pelota, sepan que hacer mientras llega ayuda. Y que no le dé tan duro cuando se le muera un agüelo, un amiguito, un familiar cercano o una mascotica…




RIIIIIIIINGGGG! Suena la campana que da muerte al descanso. –“¡Virgen del pollo sancocho bendito! Vea, yo acá jartando café y charlando con vustedes y todo lo que tenemos por hacer. A ver mucharejos: ¡Despabilen!